Vitácora de Navegación 5: La Cofradía se llevó vuestra alma

"Diciembre 7:


Los extraños sucesos que procedo a escribir a continuación, son la razón más poderosa por la cual , no hay más páginas de Octubre a la presente.


Capitana llevó el barco al puerto de Su Majestad, donde me han tenido privado de libertad. Dos meses en los cuales no había tenido contacto con el exterior, ni con mi leal tripulación. En tiempos memorables, habría escapado de aquél encierro injusto en solo tres días. Como ya la salud y la edad se sienten en mis huesos, nada puedo hacer, más que esperar, a que algún ser que en mar se hizo mi familia, pueda sacarme de esto.


¿Vosotros conoceís el sabor del pan de hace varios días, y de un recipiente con agua del Mar Negro? Es una experiencia pavorosa. Así sobreviví. Todo en una constante repetición. Hasta que, un buen día, Capitana llegó con dos acompañantes. Uno era un Contramaestre, y el otro, su Majestad.


Es sabido por todos los Mercenarios, Piratas y gente mal habida para la corona que, el Príncipe y quien escribe, no han cultivado buenas relaciones. Algo que no viene al caso detallar aun.


Su Majestad, seco e insoportable-mente irónico, después de su repudiable saludo hacia mi, me muestra un escrito del Duque de Mondranfáz, el cual describe a la corona, un hecho totalmente lamentable y penoso para quién usa la tinta escribiendo esta Vitácora. El infante Bernardo, sí, el mismo niño a quién tomé de aprendiz en mis expediciones, fue hallado sin vida, y para mi sorpresa, con un clavel en la mano.


No seguí leyendo, puesto que la pena me invadió. Aquél que consideraba mi hijo, entre nosotros ya no está. Y como siempre, La Cofradía de la Muerte Latente, se llevó algo que más quería.


Capitana, al ver el efecto en mi de la noticia, no hizo más que coger otro escrito, esta vez de la Real Escuela de Medicina. Ellos, en uno de los tantos cortes que le propinaron al cadáver de Bernardo, paseando por el cuello, encontraron algo muy distintivo. Una marca en forma de león. Cuál fue mi gran sorpresa en comprobar que solo una familia en todo lo que hay de mundo tiene esa extraña forma. ¡Mi familia!


Termino de plasmar el escrito del día con una frase del Príncipe: "Os he llamado no por que quiera destruírlo, sino que, este noble servidor sabe lo que es que la Cofradía se lleve vuestra alma. Vosotros ayudareís a dar venganza digna a esos rufianes. Y no se preocupe, la mujer y el hombre de su tripulación, serán traídos a la brevedad, para que procedaís a cumplir su cruel y violenta vendetta..."..."


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